Etiquetas: Valparaíso – pasacalles – El CitéCompañía Sociedad Anónima – Roberto Pablo – Juan Edmundo González – Mauricio CeledónTeatro del Silencio

Isis Maldonado

actriz

Me acuerdo de que con ellos yo quedé encantada, porque vinieron a hacer teatro en la calle, con zancos, banderas, máscaras, pintura, etc., y en esa oportunidad recuerdo haberlos visto en la calle Pedro Montt, luego vino una persecución de parte de los pacos tan terrible, me acuerdo de que los cabros en zancos eran abatidos con unos chorros de agua.

20 de abril de 2022

Mira, en realidad, acá en Valparaíso prácticamente no se hizo teatro callejero, al menos eso es lo que yo conozco. Hablamos de los años ochenta, un periodo en el que no se hizo prácticamente teatro, o más bien lo que se hizo fue un teatro comercial, también un teatro de no profesionales dedicados al teatro. Se hacían obras infantiles, obras bien tradicionales, pero paralelamente a eso hubo un teatro clandestino. Un teatro subterráneo que era un teatro político.  De ese teatro político te puedo decir que la que estuvo bastante comprometida fue Miryam Espinoza. Ella tenía un grupo que se llamaba La Sebastiana. Ese grupo tuvo pérdidas importantes, de chicos que fueron asesinados, entonces el grupo de La Sebastiana difícilmente podía salir a la calle. Mientras nosotros, otros compañeros, te hablo de los egresados, los titulados de la Universidad de Chile que permanecimos acá en Valparaíso, quedamos en el aire. Por otro lado, teníamos a un compañero, Juan Antonio Susarte que hacía teatro infantil, pero también Antonio Susarte hacía teatro político, pero un teatro más bien poético, por ejemplo, con los poemas de Benedetti. 

En la calle no se vieron muchas acciones. ¿Qué es lo que yo vi? Por ejemplo, cuando venía desde Santiago, hacían algo en la calle de vez en cuando, esporádico y bien a la ligera, no era una cosa que permaneciera. Alcancé a ver pocas cosas en la calle, me acuerdo de que vino de Santiago Roberto Pablo, entre 1987 y 1988, junto a la compañía Sociedad Anónima. Me acuerdo de que con ellos yo quedé encantada, porque vinieron a hacer teatro en la calle, con zancos, banderas, máscaras, pintura, etc., y en esa oportunidad recuerdo haberlos visto en la calle Pedro Montt, luego vino una persecución de parte de los pacos tan terrible, me acuerdo de que los cabros en zancos eran abatidos con unos chorros de agua. 

En Valparaíso había una represión muy fuerte, entonces lo que se podía hacer se tenía que hacer rápido y arrancar. Entonces cuando nosotros empezamos a hacer teatro profesional, lo que hicimos fue mucha obra infantil.

Luego, el año 1988, sentimos la necesidad de hacer algo interesante, dirigidos por un buen director, ya que toda la gente de teatro y nuestros directores habían salido al exilio; entonces Gladys Arcos, una compañera, dice: “yo conozco a Juan Edmundo González, en este momento él está pasando por un momento muy duro. Creo que le haría bien, hablemos con él.” Juan Edmundo había hecho un trabajo excelente con La Cándida Erendira, y en ese momento estaba sin trabajo. Entonces nosotros lo llamamos y le ofrecimos un lugar dónde estar y dinero para la feria y los comestibles, nada más. Nadie tenía sueldo. Y él vino a hacer El extraño ser con alas y, cómo juntábamos algo de plata, hizo un taller de voz por el que pagaron, no mucho.

Hicimos ese taller e hicimos El extraño ser con alas y con ella empezamos a salir a la calle. Esto cuando teníamos funciones en Viña del Mar en la carpa o donde fuera. Salimos entonces a la calle, y la primera vez que salimos nos sacaron fotos para el diario, esta era una forma de promover y lo hacíamos.

Con La casa de Bernarda Alba salíamos todas las mujeres vestidas de negro con las caras blancas, así salíamos a la calle. Como no había público de teatro y había pasado un buen tiempo de la dictadura, nos miraban con mucha extrañeza y nos gritaban cosas ofensivas: “¿Dónde dejaron el muerto?”, “¡Las viudas!”. Nos decían tanta cosa, pero nosotras salíamos igual a hacer los pasacalles. 

También hicimos un pasacalle con El Burgués gentilhombre, antes de empezar la función, salíamos a la calle. Eso es todo lo que recuerdo. 

Teatro callejero no se hizo, sin embargo, se hicieron algunos ejercicios de protesta con las técnicas de Boal en la feria, en Valparaíso, en algunos lugares, sobre todo para la campaña del Sí y el No. Pero antes, te puedo dar el nombre de José Luis que fue muy amigo de Pavez, él que murió. José Luis era muy especial, era amigo de Pavez, y ellos hacían Las Criadas en la calle. Por supuesto eran adaptaciones.

 

Entrevisté a Mauricio Celedón esta semana y nos contaba que El teatro del Silencio nació en Valparaíso, porque el año 1987 se hizo Gargantúa acá. Esto en el proceso de un taller, era una obra hecha para navidad, pero que tenía una crítica super potente. 

Ahí estaba Agustín Letelier, Sidarta Corvalán. Mauricio tenía un hermano, entonces entre ellos dos se juntaron, incluso recuerdo que se juntaron en lo que era el antiguo Instituto Francés, entonces empezaron ellos a hacer este teatro. Después, la segunda obra que hizo me parece que fue Transfusión que fue con las carretas, las vírgenes, también fue muy impresionante porque se hacía en la calle. Tienes razón.

Allí estaban Sandra Briones y Pilar Romero, que es hermana de Carmen Romero. Ella vive aquí en Valparaíso. También Agustín Letelier, Eduardo Sáez y el Felipe Jofré. El Juan Cristóbal Soto está en Santiago, la Claudia Bermejo llegó hace poco de Francia y se volvió a ir, porque ella vive en Francia y sigue trabajando, pero supe por la sobrina, que es escenógrafa del grupo  con los que estoy trabajando yo ahora, que  se va de nuevo a Francia.

Pero como te digo, lo que más se hizo en Valparaíso fueron pasacalles, se debía llamar al público y esa era una buena forma de atraerlo.